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sábado, 17 de septiembre de 2016

«La Guerra de los Mundos» | Teórica 15/9 - Reflexión

"Se ve casi como una guerra de verdad."
- Capitán Lansing


   Apenas la teórica se metió con La Guerra de los Mundos, indefectible y casi ansiosamente esperaba que Orson Welles apareciera en la conversación también.
   Es una relación casi inevitable. No recuerdo bien, pero creo que fue mi papá quien primero me contó sobre esa transmisión de radio que había hecho que todo se fuera al pasto.
   El video que linkearon desde el blog de la cátedra fue el que creo haber visto la única vez que busqué dicha transmisión, pero no recuerdo haberla escuchado entera. Esta vez sí. 
   Valió la pena. 
   Pensé en lo que había escrito acerca de El Quijote que no pudo ser, y cómo me gustaría que pudiera completarse (por Welles)... pero creo que lo cambiaría por este tesoro del radioteatro cualquier día.
   Claro que no hay manera de saber que tan bueno hubiera sido su Quijote, pero el hecho de que esta transmisión haya sido registrada, guardada, fotografiada y haya llegado hasta nosotros, habla de que alguien supo que esto iba a ser grande. Probablemente Orson.
   Pero, quiero decir, este broadcast podría haber sucedido, causado lo que causó y no haber sobrevivido a los tiempos más allá de los titulares de los diarios o las fotos, y, sin embargo, lo hizo, y completo. Disculpa incluida.
   El video en particular me ayudó, por el subtitulado con formato, a notar cosas y ésas, a su vez, a buscar otras

"En vista de la gravedad de la situación, y creyendo que la radio tienen una responsabilidad de servir al interés público en todo momento..."
"Increíble como pueda parecer..."

   Habla de sí misma todo el tiempo. Evidenciando el medio, valiéndose de todos sus códigos - reglas y prohibiciones -, dándote pistas. 
   Realmente, el manejo de los recursos (efectos de sonido, construcción del espacio, actores y música), la experiencia de Orson Welles en teatro (la dicción, la administración de los tiempos y los ritmos de la narración, el crescendo que desemboca en el anuncio de la invasión a la mitad de la puesta), el conocimiento impecable acerca del papel social y el poder e influencia de la radio en ese momento, la familiaridad con su lenguaje... - el tipo te tiraba como 10 segundos de silencio en radio. Eso ya de por sí era una locura. Además de diálogos que se pisan, ruidos e interferencias de los micrófonos.... Todas desprolijidades por todo medio evitadas por las emisoras, y que sin embargo, le dio a la transposición una verosimilitud y entidad propias, que en última instancia desataron si no una histeria, por lo menos un cierto nivel de caos. 
   Se volvió lo que estaba contando.

   Y eso me lleva a Birdemic. Porque fue toda una experiencia, Birdemic.  
   Alguien con tantas ganas de hacer un película, TANTAS; me sorprendí escuchando a James Nguyen en lo que no podía terminar de descifrar si era caradurismo total (¡un millón de dólares!) o una convicción y perseverancia tales, que realmente lo único que veía el era la belleza de haber creado (a pulmón) simplemente lo que quería hacer. Me inclino por la segunda. 
   Esa es la pretensión de las buenas de las que hablaba Gabriel, supongo.
   Porque más me sorprendí al ver todo lo que produjo en productoras, público, canales de noticias, la historia del cine en sí. Hay un poco de kitsch, un poco de prenderse de lo que vende, pero también hay bastante de aceptar, como terminó pasándome, lo terrible que es en su realización, abrazarlo, no oponer resistencia como espectadores e incluso disfrutarlo. Estar dispuestos a que alguien nos cuente algo de una manera diferente. Y eso quizás sin Birdemic (o un Robot Monster) muchos no hubieran sabido que lo podían hacer.
    Birdemic quizás tampoco hubiera sabido lo que podía llegar a ser, sin esos dos curiosos espectadores primarios.
   A eso iba. La misma realización del documental sobre Birdemic afectó el curso de los acontecimientos que lo hicieron tan popular. Como si el mismo documental influyera sobre lo que documenta.
  
   Lo mismo entiendo que pasa con "La Guerra de los Mundos". Reconozco que no leí el libro de Wells, pero el hecho de que esa historia siempre, ineludiblemente, vaya a ser relacionada con la puesta de radio de Orson Welles habla de una retroalimentación, de una conexión que se debe a que hay tanto (acaso más) de Orson que del autor en ella; que a través de un acto de voluntad y diseño la convirtió en algo más, de una manera soberbia.
   Ya sé que hay bastante de leyenda y exageración en la historia de lo que causó esa emisión de radio, y que mucha gente debe haberse molestado de verdad,  pero qué visión hay que tener para ser capaz de pensar e integrar algo así. Es difícil en nuestra época, con nuestro paradigma, entender lo que provocó, la confusión, la angustia. Pero trataba de imaginarme que uno escucha algo así en la radio. 
   No sé si no entramos a dudar, eh.



.... y éste es uno de esos posteos que siento pretenciosos que les contaba la última vez. Largo y sin querer sacar casi nada de lo que anoté, aún cuando sólo me hace ver como si quisiera mandarme la parte :P Pero realmente me gustó mucho ésta teórica, además de que hay algo en Orson Welles que me causa admiración y cierto miedo al mismo tiempo. O me pongo muy kitsch, no sé. Como una frialdad, una total conciencia de que tenía una inteligencia especial, y lo supiera perfectamente. Claro que eso no le quita ningún mérito. 

Con todo, si pudiste llegar hasta acá te regalo un dibujito de un trípode marciano asesino por ser re copado :)



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