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lunes, 9 de mayo de 2016

TP2 | El Otro - Primer Encuentro

   Decidimos ir a la Biblioteca Nacional, por la preferencia de que fuera un lugar público en el que tuviéramos mayor posibilidad de tomar fotos libremente. 
Fue la primera vez que visité la Biblioteca Nacional, y la verdad fue un espacio que me sorprendió gratamente. Es como que cada rincón tiene formas que uno no espera, un dinamismo, una calidez... 
Además es muy fácil obtener el permiso adentro para tomar fotografías - lo autorizan en el momento - y los espacios son muy tranquilos, y los empleados muy amenos y eficientes.

   Ya con las fotos... No es fácil. No es fácil de repente ser objeto no sólo de la mirada de otro, sino de su cámara. Creo que estamos más acostumbrados a ver por el visor, que ser observados a través de él. 
   La única vez que me sacaron fotos así, específicamente, fue para mis 15 años, y al repetir aquí la experiencia, digamos, me sentí creo que no incómoda, pero sí levemente nerviosa. Como un poco torpe. Empezás a sentir un renovado respeto por actores, actrices, modelos... Hay que llegar, tal vez, a creérsela un poco, en el sentido de ganar confianza lo digo, para poder ir sintiéndose cómodo del todo, supongo. Aunque esto no es para ninguna publicidad o film. Es sobre nosotros. Qué mostramos. Qué ven. Qué piensan o sienten o imaginan de quiénes y cómo somos.

   Tutti (la primera cosa que me pidió fue que la llame por su apodo) es tímida, y ella me lo dijo cuando pudimos charlar un poco más. Creo que me planteé como objetivo no incomodarla, ver hasta donde puedo llegar, cómo buscar y encontrar la manera de que resultara sino natural, lo menos invasivo para ella. Cuando alcancé alguno de éstos límites, volví a recurrir al lente teleobjetivo, que fue un gran aliado para no quitarle su espacio, y para poder destacarla de otras personas.
   De todos modos, en general cuando se trata de personas, prefiero en general fotos robadas, o por lo menos que lo parezcan. Como si no vieras a través de la cámara sino como por una ventana.



Primero estas fotos como para romper el hielo. Pero también las encuentro interesantes en su nivel de interpelación. 
El que retrata es retratado, y el retratado es capturado en ese momento en que nos ve.
Como un  mismo relato en dos partes, o con dos narradores diferentes, cuya otra parte nos provocara ver.



Las primeras. Traté de usar lo que me daba el espacio para enmarcarla, y aprovechar la luz natural. Ella estaba del otro lado de un vidrio; me gusta esa paleta de colores fríos y esa especie de blur focal que se dió gracias a las líneas que tenía el vidrio, al usar el teleobjetivo. Me pareció como una especie de lenguaje en el cual poder decir aún no te conozco mucho, no veo todo, voy descubriendo de a poco.

En una donde hay una exhibición sobre Irlanda, las sillas estaban dispuestas como para una conferencia. Me pareció que valía la pena aprovechar el marco que daba la propia sala, incluirlo en las tomas y usarlo para remarcar una intimidad, como un espacio donde Tutti estaba "sola", en un espacio dispuesto para muchos. ¿Esperando? ¿Contemplando? 
También algunos detalles, como la relación con su cámara.

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